¡Ya llegamos a México!
Volamos desde Dallas y aterrizamos en México. Hay que cambiar el chip y dejar de decir "sorry".
La primera impresión de la ciudad fue caótica. Los coches van a mogollón por las calles, todos a la vez, cruzar la calle no es tan arriesgado como en El Cairo pero casi, las aceras son "prominusválidos", es decir, favorecen el aumento de minusvalías en varias articulaciones y partes del cuerpo, hay basura sin recoger por las calles, la gente no es muy amable (¿o esto es sólo con los españoles?)....podríamos seguir, pero mejor que nos centremos en lo positivo.
El primer día, después de instalarnos en el hotel, nos fuimos a pasear por la Zona Rosa ya que la teníamos cerca. Era domingo y estaba bastante concurrida.
Al día siguiente salimos decididos a patearnos la ciudad venciendo todos los obstáculos viales y después de varios tropezones y el dolor de gemelos llegamos al Zócalo, la plaza principal de la cuidad. Es enorme y estaba adornada porque acababan de celebrar los 200 años de la Independencia.
En un lado estaba el Palacio Nacional, en otro la Catedral, en otro extremo edificios federales y en el último lado mogollón de joyerías y tiendas.
Aprovechando que por el Bicentenario había una exposición y se podía visitar el Palacio Nacional hicimos cola de varias horas para poder verlo. La exposición.....al gusto del que gobierna ( exaltación de los valores patrios, de los héroes de la revolución etc..) totalmente previsible. El palacio impresionante, lástima que no dejaran hacer fotos.
Los callejones supercoloristas de alrededor del Zócalo ya los habíamos pateado por la mañana pero nos habíamos empeñado en llegar a la plaza Garibaldi y todavía nos dimos un buen paseo hasta llegar allí. Llegamos alrededor de las 5 de la tarde y posiblemente por ser demasiado pronto no había mas que unos pocos Mariachis, bares y cantinas cerrados y aparte de eso, nada.
De allí, seguimos caminando y llegamos hasta el famoso Café Tacuba, nos comimos un buenísssimo pastel para coger fuerzas y seguimos caminando de vuelta al hotel.
El tercer día conseguimos encontrar una oficina de turismo donde nos informaron de cómo ir hasta Teotihuacan y a la Basílica de Guadalupe. Contratamos el viaje para el día siguiente y nos fuimos a ver el parque y el castillo de Chapultepec.
A la tarde fuimos al Museo de Antropología. Cansados regresamos al hotel y ...al Vips de al lado para conectarnos a Internet (el del hotel estaba roto...¡cómo no!).
Al día siguiente nos vino a buscar Martín, nuestro Chófer-guía, que nos paseó por las pirámides de Teotihuacan (no hay palabras para describirlas) y por la Basílica de Guadalupe, además de llevarnos a la joyería de su primo y a la tienda de artesanía de su tía.
Nuestro último día lo pasamos en Xochimilco. Es una red de canales por la que se pasean barcas y los Mariachis y los vendedores te persiguen en sus barquitas.
Fue un poco decepcionante, los canales están saturados de edificaciones y por ende de merde. Los árboles que subsisten en las orillas los mantienen porque retienen la tierra firme ya que de otra manera se derrumbaría al canal.
El paseo se nos hizo largo, había poca gente y hasta los Mariachis estaban aburridos. Para jubilados como los del vídeo que se juntan en dos barcas a beber y bailar, puede estar bien. Para el que espere algo más, decepcionante.
Hasta Xochimilco fuimos en metro y la vuelta la hicimos en hora punta. ¡Qué cantidad de gente esperando el metro! Parecíamos dos abuelicos, cogidicos de la mano para no perdernos, intentando evitar la marabunta de gente que nos reodeaba. Un señor se cayó al salir de su tren y la gente no paraba lo tuvieron que recoger los policías y a una señora al salir del tren se cerraron las puerta y se quedó el bolso dentro y ella enganchada fuera.... ¡qué estrés....por dios!.
Al día siguiente salimos en autobús hacia Chihuahua. 17 horas de viaje. Pero, esto queda para otro capítulo.
Para que os hagáis una idea de Xochimilco colgamos el vídeo de los abueletes en la barca cantando y bailando.
Fenomenal cambio de decorado; de Doctor en Alaska al culebrón, pasando por el Oso Yogui.¡Me encanta!
ResponderEliminarArancha