No estuvimos allí más que unas horas, las suficientes para hacer el papeleo del alquiler del coche y tomar algo en el aeropuerto.
Con un Toyota Corolla partimos hacia Paihia, situada a unos 400km al norte de Auckland. Había tráfico porque era el fin de semana de Navidad, pero a nuestro ritmo fuimos haciendo kilómetros y llegamos sobre las ocho de la tarde, con el tiempo justo de llegar al hotel y dar una vuelta por la bahía.
Al día siguiente, día de Nochebuena, lo pasamos en un crucero que nos llevó durante seis horas dando una vuelta por las bonitas islas de la bahía.
En medio del océano Jesús (junto con medio barco) nadó con delfines. Yo me quedé en el barco y estoy segura de que los vi mejor que ellos.
Lo más bonito fue rodear estas islas, a pesar de que el mar estaba un poco revuelto. Sin embargo, la sensación es espectacular.
Algunas de ellas son privadas. ¡Menudo lujo disponer de una islita de esta para tí solo!. Pero claro, yo creo que esto hay que acompañarlo de un helicóptero para salir rápido de allí en caso de sufrir "islitis".
A media tarde regresamos al puerto y tras dar una vuelta nos fuimos a "maquear" porque habíamos hecho una reserva en un restaurante de la bahía para cenar esa noche.
La cena fue estupenda y pasamos la Nochebuena (12 horas antes que vosotros) muy tranquilos.
Nos levantamos al día siguiente y, tras hacer las llamadas pertinentes a familiares y amigos antes de que cenaran, salimos hacia Dargaville.
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