martes, 14 de diciembre de 2010

PUNTA ARENAS Y SANTIAGO (CHILE)

Arrancamos de Ushuaia dejando atrás un frío de co..... . El bus era incómodo, pero muy cumplidor de los horarios. Al paso por el estrecho de Magallanes tuvimos una marejada para marear a cualquiera. Bien se valió que la travesía era corta y que tuvimos un feliz encuentro con cuatro Toninas Overas (una especie de delfín blanco y negro) que nadaron un rato al costado de ferry. Quizás por eso nos libramos de la huelga de funcionarios que comenzó al día siguiente y que podría haber ocasionado (como ocurrió en el viaje de hace dos años) el cierre de la frontera.


Glaciar Perito Moreno desde el avión

Llegamos a Punta Arenas sin novedad. Dejamos las maletas en el hotel y nos fuimos a dar un paseo por la ciudad, ya que por la mañana teníamos que tomar el avión a Santiago.
La ciudad en sí no es muy bonita y lo más sorprendente es que no había casi nadie en la calle. Claro, esto puede entenderse por el frío que hacía y por el fuerte viento, que por la noche alcanzó los 150km/h.

Aquí oscurece muy tarde (sobre las once de la noche) y amanece muy pronto (alrededor de las cuatro de la mañana), así que os podéis imaginar que entre la luz y el ruido del viento no dormimos casi nada y estábamos temblando por la posibilidad de que el avión no pudiera despegar.

Glaciar Viedma desde el avión

Pero nada de esto ocurrió y salimos hacia Santiago a la hora prevista. Antes de salir nos despedimos del calefactor y se lo dejamos a la señora del hotel con todo nuestro cariño y alegría. ¡Se acabó el frío....por ahora!. En el vuelo disfrutamos de unas vistas espectaculares de los glaciares Perito Moreno, Viedma y de los picos Fitz Roy y Cerro Torre. Todo un lujo ver estos dos picos sin ninguna nube ¡Calleja tendrá envidia!.


Fitz Roy y Cerro Torre desde el avión



Al aterrizar en Santiago ya notamos el calor y empezamos a quitarnos jerseys y camisetas hasta quedarnos en manga corta. Fuimos al hotel, dejamos las maletas y nos lanzamos a la calle.

 Visita obligada a la Plaza de Armas con su árbol de Navidad y las calles adyacentes llenas de tiendas y de gente.







Otra visita obligada fue a la Casa de la Moneda.

Al día siguiente seguimos callejeando y a las 7 de la tarde nos fuimos al aeropuerto.




Aquí acaba nuestro periplo por el continente americano y comienza la parte de Oceanía, con primera parada en Auckland (Nueva Zelanda). 

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